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¿Por qué mi hijo ve borroso?

Según Pierre-François Kaeser, profesor titular y jefe de la unidad de estrabología y oftalmología pediátrica del Hospital oftalmológico Jules-Gonin, es muy raro que los niños se quejen de ver borroso. De hecho, un niño se adaptará a todo lo que pueda cambiar en su visión, y que vea borroso no es para nada algo evidente. No sabe lo que es una buena agudeza visual y, por lo tanto, tampoco sabe lo que es una visión borrosa. Esto significa que el niño generalmente se dará cuenta de que ve borroso o tiene un defecto visual simplemente porque ve de manera diferente que sus compañeros. 

¿Cómo detectar si la visión de mi hijo es borrosa? 

Esto puede ocurrir, por ejemplo, en la escuela. El niño nota que sus compañeros ven muy bien la pizarra, y que no puede leer tan fácilmente como ellos. Esto suele ocurrir cuando ambos ojos ven ligeramente peor. 

Pero si es solo un ojo el que ve peor, este problema visual puede pasar totalmente desapercibido. El niño puede darse cuenta de que no ve lo mismo con los dos ojos, por ejemplo, durante un juego durante el que se pone una venda de pirata y se esconde un ojo.

La maestra también puede notar que el niño tiene dificultades para concentrarse durante mucho tiempo. Se queja de dolores de cabeza o incluso de falta de visión de cerca o de lejos. 

Esta gran capacidad de adaptación del niño explica por qué los exámenes sistemáticos de la visión de los niños son indispensables para detectar un problema de visión. Por lo general, los pediatras u oftalmólogos realizan este tipo de pruebas a la perfección. 

Los padres deben estar alerta. Algunos niños pueden presentar picor en los ojos, lagrimeo o enrojecimiento. 

¿Por qué mi hijo ve borroso? 

Si un niño se queja de ver borroso, puede deberse a varias razones:

  • Si la visión es borrosa a distancia, esto podría ser un síntoma de miopía. En este caso, el globo ocular es demasiado largo. Por lo tanto, la imagen no se forma en la retina, que es la película que recubre el fondo del ojo y que se utiliza para recoger las imágenes y enviarlas al cerebro. La imagen se formará en la parte delantera del ojo, lo que explica que el niño vea borroso a distancia, pero nítido de cerca.
  • Lo contrario de la miopía se llama hipermetropía. En esta patología, el ojo no es demasiado largo, sino al contrario: demasiado corto. En este caso, el niño puede quejarse de ver borroso de cerca, mientras que de lejos ve muy bien. Esta es una queja bastante rara en los niños, ya que tienen una gran capacidad para enfocar y compensar esta hipermetropía. Los niños con hipermetropía son más propensos a quejarse de dolores de cabeza después de mucho trabajo visual, por ejemplo después del colegio, o de fatiga ocular y vista cansada. Estas son las quejas típicas de la hipermetropía.
  • Hay un tercer trastorno de refracción, el astigmatismo. Este último está relacionado con el hecho de que el cristalino del ojo, la córnea, no es perfectamente redondo, como un balón de fútbol, por ejemplo. Se podría comparar más bien con un balón de rugby con una curvatura de un eje diferente de la del otro eje. Este trastorno implica que las imágenes siempre están un poco borrosas o ligeramente deformadas, tanto a distancia como de cerca. 

En conclusión, la principal causa de visión borrosa es un trastorno refractivo: miopía, hipermetropía, astigmatismo o una combinación de estos problemas visuales.

¿Qué debo hacer si mi hijo ve borroso?

Para saber si el niño tiene astigmatismo, miopía, hipermetropía o si está desarrollando otros trastornos de la visión, es aconsejable pedir una cita con un profesional de la visión con el fin de verificar la salud de los ojos del niño. 

Un oftalmólogo podrá, con la ayuda de un examen, estudiar su visión e identificar si el niño tiene una deficiencia visual. En caso de que se detecte un trastorno, puede prescribir gafas con lentes correctoras para permitir que el niño recupere una visión correcta. 

¿Quieres saber más sobre los diferentes trastornos visuales en niños? No dudes en consultar nuestras páginas dedicadas al estrabismo, la ambliopía o el glaucoma congénito.