¿Qué dice su hijo?

Mi hijo comenta que: «todo está borroso» y «veo doble»

Mon enfant dit : «Tout est flou» et «je vois double»

La visión borrosa sugiere principalmente un trastorno refractivo, lo que significa que el niño necesita gafas. La miopía causa visión borrosa a distancia, la hipermetropía especialmente de cerca, y el astigmatismo tanto de lejos como de cerca.

Miopía

La miopía es un trastorno de refracción que tiene como síntoma una visión borrosa. El niño miope tiene, por definición, un ojo demasiado largo que formará una imagen delante de la retina. Por lo tanto, su visión de lejos se ve afectada.

Existen diferentes tratamientos para permitir que el niño vuelva a ver correctamente. El uso de gafas con una corrección óptica es uno de los más comunes. Dependiendo de la edad del niño, el uso de lentes de contacto puede ser una solución. 

Hipermetropía 

Entre los trastornos de la visión responsables de una visión turbia y/o borrosa, se encuentra la hipermetropía. Un niño hipermétrope tiende a compensar con un esfuerzo visual al enfocar, denominado «acomodación». Este esfuerzo de acomodación puede causar una impresión de fatiga visual y cansancio en los ojos. 

La hipermetropía es lo contrario de la miopía, su visión de cerca se ve afectada. Al igual que la miopía, es posible corregir esta anomalía mediante el uso de gafas. Con la ayuda de unas lentes adecuadas, el niño podrá ver de cerca de nuevo y su visión será más nítida. 

Astigmatismo 

El astigmatismo es un trastorno visual que también puede causar visión turbia, borrosa y generar problemas de visión. Un niño con astigmatismo presenta una irregularidad en la córnea que puede causar dolores de cabeza y visión borrosa y distorsionada a cualquier distancia. 

En caso de duda, tu oftalmólogo podrá realizar un examen de la refracción y de la agudeza visual para obtener un diagnóstico fiable del astigmatismo. Es importante detectar rápidamente este trastorno de la visión con el fin de evitar una ambliopía

La existencia de visión doble es un síntoma que no debe pasarse por alto, ya que indica un problema de refracción o una pérdida de paralelismo entre los ojos. Por lo tanto, es importante determinar la causa para tratarla adecuadamente. Te aconsejamos que lleves a tu hijo a un oftalmólogo para realizar un chequeo visual.

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